Estaba en el campo con mi hermana; aunque vivíamos en el mismo lugar que cuando pequeños, teníamos las comodidades de ahora. Mi hermana quería ir al hospital a ver a una tía enferma, pero yo discutía con ella porque cuando ella (por mi hermana, incongruencia de los sueños), no fueron a su entierro.
Llegué al hospital, no había aparcamiento como siempre. Mientras buscaba alguno una mujer con cara de loca se me cruzó en el camino y se quedó en medio de la calle, quieta, mirándome fijo. Era rubia, de ojos azules y unos 50 años. No la conocía. Intente esquivarla pero se agarró al coche, me dijo algo que no entendía como si fuera en otro idioma, pero era agresiva. Intenté llamar a la policía, pero los únicos números que me aparecían en el móvil eran de las urgencias sanitarias. La mujer me atacó y me desperté.
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